Silencio
Silencio:
calmo, dulce,
inundas mi entorno,
fluyes dentro.
Misterioso manto
lamento sobrecoge,
calmas mi mente,
mi ser acaricias.
Momentos te llamo,
otros, te huyo;
del amor,
fiel cómplice.
Donde vayas
o te encuentres…
cada amanecer
me acompañas.
Siento
Siento distante la mirada;
inquietud, desolación, angustia.
Pensamientos
invaden mi mente,
invitando al dolor.
Evoco
tu silueta en penumbras,
amor infinito
selló nuestras vidas.
Junto a tu partida,
sucumbió…
Chacay
Majestuoso silencio,
paz interior,
cumbres eternas
remanso a mi yo.
Viento nocturno
perturba el sueño,
renace la aurora,
invade la calma.
Silentes montañas:
amante furtivo,
embriagó mi alma,
me hace vivir.
Ingrato dolor
Me invades…
lento, sosegado,
cual somnolienta aurora.
Rehuyo.
Rechazo abrumadora insistencia.
Mi boca
experimenta ardor implacable,
palpitante,
debilitando mi ser.
Desfallezco.
Noche interminable.
Emerge el alba,
con ella una promesa:
no más sufrimientos
al odontólogo iré.
Sueños
Alas quisiera cargar,
alcanzar lo infinito.
Volver,
planear entre arreboles,
alma en deriva.
Hacer un alto,
contemplar el ocaso.
Por un segundo
detener el tiempo:
brindar ternura,
aplacar odios, sufrimientos;
entregar amor.
El tiempo inexorable,
de vertiginoso andar
la transforma en quimera.
Barrio
Añoso barrio,
polvorientas calles,
hogares silentes.
Fortalezas
férreamente custodiadas
moradores enclaustrados.
Alarma sonoras,
motores rugientes,
anuncian diaria rutina,
orbe somnolienta.
Añoro
el trinar de las aves,
niños jugando
junto al perro del barrio;
la caricia del viento
arrancando sutilmente
el aroma de las flores
en medio de la campiña.
Dorada niñez
Evoco…
Terruño, mágicas tonalidades,
verdes praderas,
cielos profundos,
blancos majestuosos,
lluvias eternas,
cobijando añosa casona,
paredes adobes,
roídas techumbres,
ambiente hogareño.
Fragancias y sabores:
ulpo humeante, pan amasado,
tortilla de rescoldo,
jugosos asados,
chupilcas reconfortantes.
Sedientas siembras,
embriagándose arroyo cristalino
nuestro diario sustento.
Incansables jugarretas
a escondidas,
encaramados a un árbol
sustrayendo verdes frutas,
…severos castigos…
Te añoro.
Prisionero progreso,
selva cemento,
ahogado hastío.
Nostalgias
Recordando, silenciosa
perecederas nostalgias:
niñez que huele a fragancia
hoy, vejez, tranquila, añosa.
Gran familia, cariñosa,
siempre llanos y sinceros;
recuerdos que siempre fueron
como un despertar en rosa.
¡Qué tiempo! Fue raudo, fugaz,
evoco momentos hermosos:
tal vez un ¡Te amo! ¿Me amarás?
Hoy apacible y en soledad,
deseo entrecerrar mis ojos
plasmando paz, dicha, bondad.
Tristezas
¿Qué me pasa en este instante?
La risa se me esfuma,
el dolor es como espuma,
ya tranquilo y variante.
¿Acaso los momentos
que vuelven a la memoria,
tras larga trayectoria
simulan pensamientos?
El silencio me invade
tristezas me acompañan,
las acepto silenciosa.
La alegría se evade,
y los ojos se me empañan,
la noche espero ansiosa.
Nieto
Trocito de cielo
mis manos te tocan,
recuerdos provocan,
amor, paz, consuelo.
Tu bendita irrupción
a este mundo, trajo
precioso trabajo
de Dios, con gran unción.
El tiempo transcurre,
tu niñez vuela,
mi atardecer ocurre.
Mis días se escurren,
feliz como abuela,
mi vejez ya fluye.
Viviendo
Mirando el mar, contemplo la hermosura
que Dios, con tanto amor, nos ha brindado
la brisa, el sol, el viento, tan preciados
bendiciones llamando a la cordura.
¿Es acaso la aurora que nos llama
contemplar con vigor, tanta belleza,
preciar dones, que la naturaleza
nos ofrece, como a cuán bella dama?
¿O el ocaso con su lento anochecer
nos recuerda mil amores vividos
al contemplar el paisaje naciente?
Aunque bien creo, según mi parecer,
ante el largo trayecto recorrido,
mi corazón es un crisol latente
Deja un comentario