Poesías

Silencio

Silencio:

calmo, dulce,

inundas mi entorno,

fluyes dentro.

Misterioso manto

lamento sobrecoge,

calmas mi mente,

mi ser acaricias.

Momentos te llamo,

otros, te huyo;

del amor,

fiel cómplice.

Donde vayas

o te encuentres…

cada amanecer

me acompañas.

Siento

Siento distante la mirada;

inquietud, desolación, angustia.

Pensamientos

invaden mi mente,

invitando al dolor.

Evoco

tu silueta en penumbras,

amor infinito

selló nuestras vidas.

Junto a tu partida,

sucumbió…

Chacay

Majestuoso silencio,

paz interior,

cumbres eternas

remanso a mi yo.

Viento nocturno

perturba el sueño,

renace la aurora,

invade la calma.

Silentes montañas:

amante furtivo,

embriagó mi alma,

me hace vivir.

Ingrato dolor

Me invades…

lento, sosegado,

cual somnolienta aurora.

Rehuyo.

Rechazo abrumadora insistencia.

Mi boca

experimenta ardor implacable,

palpitante,

debilitando mi ser.

Desfallezco.

Noche interminable.

Emerge el alba,

con ella una promesa:

no más sufrimientos

al odontólogo iré.

Sueños

Alas quisiera cargar,

alcanzar lo infinito.

Volver,

planear entre arreboles,

alma en deriva.

Hacer un alto,

contemplar el ocaso.

Por un segundo

detener el tiempo:

brindar ternura,

aplacar odios, sufrimientos;

entregar amor.

El tiempo inexorable,

de vertiginoso andar

la transforma en quimera.

Barrio

Añoso barrio,

polvorientas calles,

hogares silentes.

Fortalezas

férreamente custodiadas

moradores enclaustrados.

Alarma sonoras,

motores rugientes,

anuncian diaria rutina,

orbe somnolienta.

Añoro

el trinar de las aves,

niños jugando

junto al perro del barrio;

la caricia del viento

arrancando sutilmente

el aroma de las flores

en medio de la campiña.

Dorada niñez

Evoco…

Terruño, mágicas tonalidades,

verdes praderas,

cielos profundos,

blancos majestuosos,

lluvias eternas,

cobijando añosa casona,

paredes adobes,

roídas techumbres,

ambiente hogareño.

Fragancias y sabores:

ulpo humeante, pan amasado,

tortilla de rescoldo,

jugosos asados,

chupilcas reconfortantes.

Sedientas siembras,

embriagándose arroyo cristalino

nuestro diario sustento.

Incansables jugarretas

a escondidas,

encaramados a un árbol

sustrayendo verdes frutas,

…severos castigos…

Te añoro.

Prisionero progreso,

selva cemento,

ahogado hastío.

Nostalgias

Recordando, silenciosa

perecederas nostalgias:

niñez que huele a fragancia

hoy, vejez, tranquila, añosa.

Gran familia, cariñosa,

siempre llanos y sinceros;

recuerdos que siempre fueron

como un despertar en rosa.

¡Qué tiempo! Fue raudo, fugaz,

evoco momentos hermosos:

tal vez un ¡Te amo! ¿Me amarás?

Hoy apacible y en soledad,

deseo entrecerrar mis ojos

plasmando paz, dicha, bondad.

Tristezas

¿Qué me pasa en este instante?

La risa se me esfuma,

el dolor es como espuma,

ya tranquilo y variante.

¿Acaso los momentos

que vuelven a la memoria,

tras larga trayectoria

simulan pensamientos?

El silencio me invade

tristezas me acompañan,

las acepto silenciosa.

La alegría se evade,

y los ojos se me empañan,

la noche espero ansiosa.

Nieto

Trocito de cielo

mis manos te tocan,

recuerdos provocan,

amor, paz, consuelo.

Tu bendita irrupción

a este mundo, trajo

precioso trabajo

de Dios, con gran unción.

El tiempo transcurre,

tu niñez vuela,

mi atardecer ocurre.

Mis días se escurren,

feliz como abuela,

mi vejez ya fluye.

Viviendo

Mirando el mar, contemplo la hermosura

que Dios, con tanto amor, nos ha brindado

la brisa, el sol, el viento, tan preciados

bendiciones llamando a la cordura.

¿Es acaso la aurora que nos llama

contemplar con vigor, tanta belleza,

preciar dones, que la naturaleza

nos ofrece, como a cuán bella dama?

¿O el ocaso con su lento anochecer

nos recuerda mil amores vividos

al contemplar el paisaje naciente?

Aunque bien creo, según mi parecer,

ante el largo trayecto recorrido,

mi corazón es un crisol latente

Deja un comentario